Parar, o vivir un escenario dantesco y dramático

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Técnica y científicamente ya sabemos casi todo de la Covid-19. Médicos expertos, científicos, epidemiólogos de todo el mundo a diario publican informaciones valiosas de cómo actúa y va variando las formas de agredir el virus a nuestro organismo.

Pretendo ofrecer mi opinión de como yo, sin profundos conocimientos del tema, creo podemos detener la propagación de la enfermedad que cada día se cobra más vidas a nivel mundial y hunde la economía de la mayoría, por no decir de todos, los países del mundo, y me refiero a las grandes potencias económicas y a las emergentes. De los países más pobres ya sabemos todos como están en la salud y en lo económico, agravada mucho más por el dichoso virus.

La Covid-19 se ha instalado en nuestro entorno de repente, sin que nadie nos haya advertido de que su presencia se iba a alargar más tiempo de lo previsto por la comunidad científica. Se habló de meses, pero nos estamos dando cuenta que tendremos el virus rondándonos por años.

Cuando comenzamos a tener noticias desde Wuhan, China, todos los gobiernos pusieron en marcha su maquinaria de expertos en epidemiologia y casi todos pasaron por alto que la situación de salud y económica se iba a ver tan afectada diez meses después.

Entiendo que los países han hecho todo lo que creían posible y tenían a su alcance para frenar el avance del virus. A casi todos les ha pillado por sorpresa y los que en principio se mostraron más renuentes y apostaron por seguir funcionando, porque podían controlar la situación, finalmente tuvieron que acatar las directrices del organismo (OMS), que a nivel mundial ha ido informando  y haciendo las recomendaciones pertinentes. Aún así, todos fallaron en su incansable intento por controlar la enfermad sin afectar el normal desarrollo y avance económico.

Está demostrado que, en nuestras manos esta colaborar si queremos reducir al máximo la propagación del virus. Los gobiernos marcan las directrices, acertadas o no, están implementando unos protocolos sanitarios a nivel mundial, que en su mayoría todos cumplimos, pero, aun así, todavía no es suficiente. No basta solo con usar las mascarillas, lavarse las manos con frecuencia, y usar el gel hidroalcohólico cada vez que podamos.

Se necesita conciencia real, responsabilidad colectiva y compromiso fiel de querer parar esto ya. De ninguna manera, con las acciones puesta en marcha por los  gobiernos será suficiente, si los ciudadanos no colaboramos realmente. Si queremos que la economía no sigua cayendo en picado, incluyendo la de nuestros hogares, debemos ser conscientes de que tenemos que reducir al mínimo nuestra vida social. Las reuniones con amigos, las fiestas, los encuentros con familiares con los que no convivimos habitualmente, con los compañeros de trabajo. Etc.  Hagamos vida un poco más sosegada, sin prisas y con cuidado. Creo que debemos permitir que los negocios de todo tipo que mantienen la economía mundial a flote permanezcan abiertos y funcionando, y esto no será posible si el virus nos sigue ganando la batalla.

De la única forma que el Covid-19 tuvo controlado fue con el confinamiento declarado en muchos países, unos de forma completa como España, Francia e Italia, otros  por zonas más afectadas, pero el efecto, para la economía fue desastroso.

Entonces no podemos permitir que el confinamiento, total o parcial, sea la única forma de controlar el avance desbocado que lleva la enfermedad en la mayoría de los países. Podemos nosotros mismos controlar nuestros movimientos de una manera responsable. Hay que evitar, por un tiempo, repito, las fiestas, los encuentros con amigos, abarrotar las plazas o centros comerciales y los movimientos sin control alguno, porque si no nos controlamos nosotros mismos, en muy poco tiempo estaremos inmerso en una situación que será para la gran mayoría inaguantable. De una manera responsable, hagamos nuestra parte.

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