Recorriendo y saboreando Extremadura I

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VIVENCIAS & RECETAS

Por Raquel Cabrera
@mentaylimonrc

Nos sentamos en el patio de la casa del pueblo de Mérida, Extremadura, a la hora de la fresca, cuando bajan las temperaturas. Es el momento donde las señoras sacan sus sillas y se apostan frente a su casa, a ver la gente pasar y conversar mientras se refrescan.

Los extremeños respetan las horas de sol suelen concentrar sus actividades dentro de sus casas, las cuales, en su mayoría, son blancas, amplias y acogedoras. En algunos salones podemos observar colgaderas, pues en la región de las encinas y sus bellotas, se hacen los mejores embutidos de la península ibérica con sus cerdos negros y bien alimentados, estos son caseros o del carnicero del pueblo.

Plaza mayor de Trujillo.

Sentados allí vimos todos los pueblos aledaños a Mérida y nos seducían todos, cada uno tiene algo que ofrecer en cuanto a historia y gastronomía. Entre tantas posibilidades decidimos visitar Trujillo, tierra de los conquistadores: Orellana y Pizarro.

Salimos a media mañana disfrutando de buena música y del austero paisaje: trigo recién cortado, vacas, encinas, jaras y vides bajo un cielo intensamente azul. Al llegar nos fuimos a la Plaza Mayor, nuestro punto de partida hacia todos los atractivos. Al haber llegado a “la hora del vermú” nos sentamos en uno de los restaurantes que rodean la plaza, unas cervecitas una tapa muy abundante, que iba por la casa. Repasamos nuestro plan y salimos a ver la imponente estatua de Pizarro frente a la fuente de la Plaza, subimos las escalinatas hasta llegar a la impresionante Iglesia de San Martin.

Las típicas tiendas extremeñas ofrecen lo mejor de la su gastronomía.

Transitando callejuelas descubrimos mercaditos, muy atractivos y bien surtidos de productos extremeños: chorizos, jamones, cachuelas, vino de pitarra, quesos, morcilla patatera, etc. Conversábamos con los dependientes de cada uno, nos contaban donde se producían los quesos con DOP, como el protagonista: Torta de Casar. Queso hecho con leche de oveja cruda procedente de ganaderías extremeñas controladas, cuajo vegetal extraído del cardo silvestre y sal. Tiene una corteza fina y medio dura, dentro encontramos un manjar cremoso de color marfil y sabor intenso. Para degustar la variedad de quesos de esta región, Trujillo cuenta con la Feria del queso, la misma se desarrolla cada mayo en los primeros días del mes, con un programa para toda la familia.

Continuamos caminando hasta llegar al Monasterio Santa María de la Concepción de la Monjas Jerónimas, y nos llamó la atención el letrero en la puerta: Hacemos dulces artesanales y caseros. Claro, decidimos vivir esta pequeña y asombrosa experiencia. Entramos, tocamos el timbre, nos contestó, con una voz casi inaudible, una de las monjas de clausura.

Nos decantamos por las perrunillas. Sentados en un banco enorme, donde nos arropo la severidad que imponía el espacio de techo alto y colores oscuros, esperábamos pacientemente, hasta que nos avisó que nuestro pedido estaba listo, colocamos el dinero en la góndola que rotaba, retiro el dinero y coloco nuestro pedido. Acertamos en la elección, unas galletas secas y brillantes, con un toque ligero de anís que se deshacían en la boca, ¡¡exquisitas!!

Aquí les comparto la receta de “Perrunillas”:

125 gr manteca de cerdo
125 gr anís
200 gr azúcar
4 huevos
½ cucharadita ralladura de limón
500 gr harina
1 cda. Levadura

Batir la manteca con el anís, luego añadir la mezcla del azúcar, dos huevos enteros y dos yemas y la ralladura de limón, batir todo bien. Añadir la harina con la levadura y amasar hasta obtener una masa uniforme. Con una cuchara como medida, hacer bolitas y aplastar, con la yema del dedo presionar en el centro y colocar en una bandeja cubierta con papel encerado.

Cuando tengas todas las galletas ordenadas, batir las dos claras restantes a punto de nieve y pintar con una brocha. Espolvorear con azúcar una a una y llevar al horno por 20 minutos o hasta que estén doradas, precalentado a 250 grados.

Esta establecido para desayunar o merendar, yo las recomiendo para disfrutar a la hora que te apetezca y para regalar en latas o atadas quedan estupendas.

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