Dentro de los beneficios de la dieta mediterránea se encuentran evitar la obesidad y las enfermedades cardiovasculares, previene el envejecimiento prematuro de las células y la aparición de cáncer de mama y colón. También la ingesta moderada (una copa) de vino tinto contribuye a prevenir enfermedades cardíacas.
Estos y otros beneficios están más que demostrados ya que es una dieta completa y segura para la salud. Es importante adecuarla al perfil nutricional en las diferentes etapas de la vida. Es por ello que, el ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación celebra el X aniversario de la declaración de la Dieta Mediterránea como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
El ministro Luis Planas expresa que la Dieta Mediterránea constituye “nuestro pasaporte” de presentación ante el mundo de unos productos sanos y seguros, que forman parte de una dieta equilibrada, símbolo del trabajo milenario de agricultores, ganaderos y pescadores.
Productos como el aceite de oliva, el vino, las carnes, los productos pesqueros o las frutas y hortalizas, reflejan este buen hacer. Todo ello situado en el marco del paisaje mediterráneo, marcado por los cultivos, donde “la palmera, el olivo, el naranjo o el almendro nos dan no sólo alimentos, sino también un lugar de vida, convivencia y de futuro”.
Planas destaca el gran significado que tiene esta declaración, por la historia, la cultura y la alimentación que están detrás de la Dieta Mediterránea, dimensiones que en sí mismas merecerían tal reconocimiento.
Añadió que la crisis sanitaria derivada de la COVID-19 está demostrando el papel central que tiene la alimentación para las familias y la sociedad en su conjunto. Disponer de alimentos sanos y seguros, en cantidad y calidad suficientes, es una preocupación de todas las sociedades, y en momentos como el actual, el sector agroalimentario está demostrando una gran capacidad de resistencia para cumplir con su cometido.
Alimentos que forman la dieta mediterránea
En primer lugar, está el denominado “oro líquido español”, el aceite de oliva, la excelencia en la cocina mediterránea y rico en vitamina E y ácidos grasos monoinsaturados que le proveen propiedades cardioprotectores.
Las verduras, frutas, legumbres, hortalizas y frutos secos son la principal fuente de vitaminas, fibras y minerales. Su alto contenido en antioxidantes contribuye a prevenir, entre otras, enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. Para ello debes consumir mínimo 5 raciones de frutas y verduras a diario.
Ingerir alimentos procedentes de cereales, como la pasta o el arroz es indispensable por su composición rica en carbohidratos. También proporcionan la energía necesaria para las actividades diarias.
Los productos lácteos no deben faltar en la dieta mediterránea ya que son excelentes fuentes de proteínas de alto valor biológico y vitaminas. Yogures y quesos debemos consumirlo a diario.
Aunque cada día son más las personas que se pasan al consumo de una dieta libre de carnes, si es cierto que, consumirla aporta al organismo proteínas de alto valor biológico como los aminoácidos esenciales. La carne también contiene vitaminas y minerales, es una buena fuente de la B12, hierro, potasio, fósforo y zinc. Se recomienda 2 o 3 raciones por semana.
Los huevos están de moda, porque antes se les asociaba con el colesterol, pero lo cierto es que su consumo diario es compatible con una dieta cardiosaludable. Contienen proteínas de muy buena calidad, grasas y muchas vitaminas y minerales que lo convierten en un alimento con bajo contenido calórico.
Otro alimento estrella de la dieta mediterránea es el pescado y en España son varias las provincias donde puede conseguir el mejor pescado fresco para el organismo. Se recomienda, antes que otros, el pescado azul ya que sus grasas ricas en omega 3 y 6 son muy beneficiosas y protectoras frente a enfermedades cardíacas. Todos estos productos acompañados de agua y productos frescos y ecológicos son los que han hecho de nuestra dieta mediterránea una referencia a nivel mundial.
