República Dominicana llora la muerte del “Caballo mayor” Johnny Ventura. La noticia corrió como potro desbocado. Internet se llenó de titulares de su fallecimiento, a la vez, preguntas sobre la veracidad de la información. Porque una gloria nacional como él no se hace uno a la idea de que ya no esté.
Johnny no estará físicamente, pero su eterna sonrisa, su alegría, sus movimientos y sobre todo sus merengues resonarán en nuestros hogares todo lo que nos queda. No hay un dominicano en el mundo que no le conozca. Todos hoy han perdido más que un gran artista, a un gran servidor de alegría y música con corazón y sentimiento.
Estados Unidos y todo Latinoamérica y el Caribe conocen de sus éxitos. Llenó los escenarios de todos los países de habla hispana y los que no, también, por lo menos bailaron su música, sin entenderla, porque era una persona que transmitía alegría, verdad, amor, humor y mucho más.
El “caballo mayor” fue el artista dominicano de todos tiempos. Pocos merengueros de su época pueden igualarle, todos sus semejantes le tenían como referente y es que fue el mejor merenguero dominicano.
En la majestuosa ciudad de Santiago cerró los ojos definitivamente, un infarto le ganó la batalla, y mira que había librado varias a la salud. La noticia de su fallecimiento la dio a conocer su compañero de profesión Héctor Acosta, «El Torito», y más tarde la confirmó su hijo Jandi Ventura. El país está de luto, la música nacional ha perdido a su máximo representante. Tardaremos tiempos en acostumbrarnos a su ausencia. Sí, que nos deja buen legado, pero su historia musical vivirá eternamente con nosotros.
Sus grandes éxitos
60 años sobre los escenarios, miles de conciertos, fiestas, viajes, giras le dieron para mucho. Desde que inició con su grupo el Combo-Show, no paró nunca, porque su carrera fue un éxito tras otro. Y así se recorrió el mundo. A sus 81 años todavía se le daba muy bien hacer lo que mejor sabia, cantar y bailar.
Entre sus mejores canciones están “El tabaco es fuerte”, “El Cuabero”, “Pitaste”, “Salsa pa tu lechón”, “El Pingüino”, “Merenguero hasta la tambora”, “Capullo y Sorrullo”, “Yo soy el merengue”, “Las indias de Baní”, “La Agarradera”, “Filete”, “Dilema”, “A cual piso”, “Navidad”, “El cachimbo”, y “Se van”. Le siguen centenares de merengues que vamos a recordar y bailar siempre.
Triunfó en la música, pero también probó con la política y lo hizo bien, aunque se llevó muchas decepciones, pero de su mandato como alcalde (Sindico) del Distrito Nacional (1998-2002), no se le puede reprochar nada, porque todo lo hizo con la mejor intención de ayudar, colaborar y mejorar la vida de los residentes en la capital dominicana.
Es natural, la vida es así, un día tenemos que partir, pero cuánto te vamos a echar de menos Johnny Ventura.
